Piel grasa | causas y cómo cuidarla

Piel grasa | causas y cómo cuidarla

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, y su diversidad se refleja en una gama de tipos de piel con características distintas.

Tanto si tiene la piel seca como grasa, mixta, sensible o normal, es esencial conocer las necesidades específicas de su tipo de piel para cuidarla adecuadamente.

Tanto si sientes curiosidad por tu piel grasa como si buscas consejos para mejorar tu rutina de cuidado de la piel, tenemos las respuestas para guiarte hacia una piel más sana.

Signos de piel grasa

La piel grasa se caracteriza por una producción excesiva de sebo, acompañada de síntomas característicos como aumento del brillo alrededor de la nariz, poros dilatados, tez apagada y una sensación de exceso de sebo que se intensifica durante el día. Estos síntomas suelen acentuarse con el calor.

Hay que tener cuidado de no confundirla con la piel mixta, que se distingue por la localización de las zonas grasas. La piel grasa afecta a todo el rostro, pero no sólo a la cara: la producción excesiva de sebo se produce en todas las zonas del cuerpo con glándulas sebáceas.

 En el caso de las pieles mixtas, sólo la zona T muestra un exceso de sebo. Es decir, la frente, la nariz y la barbilla.

zona T

 

Causas de la piel grasa 

Hay varios factores detrás de esta producción excesiva de sebo:

  • La genética: La herencia es un factor importante en la piel grasa. Los genes de tus padres pueden influir en la producción de sebo de las glándulas sebáceas de tu piel.
  • El estrés: Influye notablemente en la piel grasa a través de mecanismos hormonales y neurológicos. El estrés puede activar el sistema nervioso simpático, liberando hormonas como el cortisol y las catecolaminas. Estas hormonas pueden estimular las glándulas sebáceas de la piel.
  • Las hormonas: Los andrógenos y la testosterona también influyen en esta sobreproducción. Variaciones hormonales como la pubertad, la menstruación y el embarazo pueden provocar este desequilibrio cutáneo.
  • Dieta: Los alimentos ricos en grasas saturadas (carne, productos lácteos, etc.) y con un alto índice glucémico pueden provocar niveles elevados de azúcar en sangre, lo que a su vez provoca un pico de insulina en sangre. Esto provoca una sobreproducción de grasa por parte de las glándulas sebáceas: el sebo. Esta producción puede afectar a la película hidrolipídica formada por agua y lípidos en la superficie de la piel, que desempeña un papel esencial para protegerla de las agresiones externas.
  • El medio ambiente El medio ambiente desempeña un papel importante en la piel grasa. Los climas cálidos y húmedos pueden estimular la producción de sebo, mientras que la exposición a la contaminación atmosférica puede obstruir los poros y alterar el equilibrio de la piel. La calidad del aire y la humedad ambiental también pueden influir en las características de la piel grasa.
  • Una mala rutina de cuidado de la piel: El uso de productos inadecuados o demasiado agresivos puede alterar la barrera cutánea, alterando su capacidad para retener la humedad y defenderse de los agresores externos. Esto puede hacer que la piel reaccione produciendo más sebo para compensar. 

Consecuencias de la piel grasa 

Aparte del brillo excesivo, que es la consecuencia más visible, hay otros síntomas.

El acné es una de las consecuencias más comunes de la piel grasa. Es el resultado de la obstrucción de los folículos pilosos por el exceso de sebo, que crea un entorno propicio para la proliferación de bacterias cutáneas. Estas bacterias pueden causar inflamación y la formación de granos, espinillas, pústulas y, a veces, quistes. Estas reacciones pueden dejar cicatrices permanentes en la piel si no se tratan adecuadamente.

limpiador exfoliante  

Los poros dilatados son una característica común de la piel grasa. Los poros obstruidos por el sebo y las células muertas provocan su dilatación. Dan a la piel un aspecto irregular y se observan sobre todo en la zona T, la frente, la nariz y la barbilla. 

Por último, la piel grasa puede ser más sensible a los daños solares debido a la retención de sebo en su superficie. La exposición excesiva al sol puede provocar quemaduras solares, pero también puede contribuir a la hiperpigmentación, las manchas marrones y el envejecimiento prematuro de la piel. Es esencial tomar las medidas de protección solar adecuadas, incluido el uso de protectores solares no comedogénicos.

Ingredientes preferidos

Si tienes la piel grasa, es esencial elegir los productos adecuados para ayudar a regular la producción de sebo, minimizar los brillos y prevenir posibles brotes. Estos son algunos de los ingredientes que debes tener en cuenta:

  • Ácido salicílico: Se trata de un beta-hidroxiácido (BHA) que tiene la capacidad de penetrar en los poros de la piel debido a su estructura molecular lipofílica. Una vez dentro de los poros, exfolia las células muertas de la piel y elimina las impurezas. Esto desobstruye los poros obstruidos y previene la formación de puntos negros y espinillas. Además, el ácido salicílico tiene propiedades antiinflamatorias, lo que ayuda a reducir la irritación cutánea asociada al acné.
  • Niacinamida (Vitamina B3): Este ingrediente es multifuncional, ya que ayuda a regular la producción de sebo y a reforzar la barrera cutánea, reduciendo la pérdida de hidratación. También tiene propiedades antiinflamatorias, calmando el enrojecimiento y la irritación.
  • Peróxido de benzoilo Potente agente antibacteriano que penetra en los folículos pilosos para eliminar las bacterias causantes del acné. Al reducir la proliferación bacteriana, ayuda a disminuir las erupciones cutáneas.
  • Ácido hialurónico : Es una molécula capaz de retener grandes cantidades de agua, lo que la convierte en un hidratante eficaz para la piel. No contiene aceites, lo que significa que puede hidratar sin aumentar la producción de sebo. Mantiene el equilibrio de humedad de la piel, dejándola bien hidratada y confortable.
  • Zinc: Por último, el zinc es un oligoelemento que regula la producción de sebo. Actúa inhibiendo la actividad de las glándulas sebáceas, lo que ayuda a mantener un equilibrio en la producción de sebo.

 

La rutina de cuidados que hay que adoptar 

Ofrecemos una rutina de cuidado de la piel para pieles grasas cuyo objetivo es regular la producción de sebo, minimizar los poros dilatados y prevenir el acné, manteniendo al mismo tiempo un equilibrio saludable de la piel.

Paso 1: Limpieza

Utiliza un limpiador suave o un agua micelar formulada para pieles grasas por la mañana y por la noche. Elija un limpiador que contenga ácido salicílico (BHA) para ayudar a desobstruir los poros. Limpie suavemente el rostro, evitando frotar en exceso, y aclare con agua tibia.

limpiador suave

 

Paso 2: Tónico

Lo ideal es aplicar un tónico sin alcohol por la mañana y por la noche. Se recomiendan los tónicos a base de hamamelis o niacinamida.

Paso 3: Tratamiento específico (especialmente para pieles con tendencia acneica)

Aplique un tratamiento tópico que contenga peróxido de benzoilo para tratar manchas específicas. El peróxido de benzoilo tiene propiedades antibacterianas que ayudan a tratar el acné.

 Paso 4: Suero

Elija un sérum que contenga niacinamida, por ejemplo. Aplíquelo suavemente por la mañana y por la noche para regular la producción de sebo a la vez que calma la piel y reduce la inflamación.

 

Paso 5: Hidratante

El paso que no debes olvidar Elige una crema hidratante no comedogénica. Incluso las pieles grasas necesitan hidratación para mantener el equilibrio de la piel.

 

Paso 6: Protección solar

Utiliza cada mañana un protector solar de amplio espectro con un FPS de al menos 30. La piel grasa es sensible al daño solar. Elige también un protector solar no comedogénico para evitar obstruir los poros.

Es esencial mantener una rutina de cuidado de la piel constante para ver resultados significativos. Además, consulte a un dermatólogo o profesional del cuidado de la piel para obtener recomendaciones específicas para su tipo de piel y sus necesidades.

Es importante tener en cuenta que, además de los cuidados caseros de la piel, existen métodos médicos para tratar la piel grasa de forma más intensiva.

Opción médica

Las opciones médicas incluyen tratamientos dermatológicos como peelings químicos, microneedling y tratamientos con láser. Estos procedimientos están diseñados para exfoliar la piel en profundidad, estimular la renovación celular y reducir el aspecto de los poros dilatados.

Además, en algunos casos, los dermatólogos pueden recomendar medicamentos tópicos u orales, como retinoides o anticonceptivos hormonales, para regular la producción de sebo y prevenir el acné. Los tratamientos médicos suelen considerarse para la piel grasa persistente o el acné grave, y deben ser prescritos y supervisados por un profesional sanitario cualificado para obtener los mejores resultados.

 

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