 
            10 errores que debes evitar cuando tienes la piel grasa
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La piel grasa puede ser un verdadero reto diario. Brillo excesivo, poros dilatados, granos recurrentes, puntos negros... este tipo de piel requiere una atención especial y unos cuidados adecuados. Pero muchas personas cometen errores que empeoran la situación, sin ni siquiera darse cuenta. Aquí tienes los 10 errores que debes evitar cuando tienes la piel grasa, junto con consejos para recuperar un cutis equilibrado y radiante.
1. Utilizar productos demasiado agresivos
El primer error, y probablemente el más común, es utilizar productos para el cuidado de la piel demasiado agresivos. Algunas personas creen que secando su piel grasa reducirán la producción de sebo. De hecho, ocurre lo contrario: cuando la piel se ve agredida, reacciona produciendo aún más sebo para protegerse.
Así que evita los jabones abrasivos, los exfoliantes ásperos o las lociones alcohólicas. En su lugar, utilice limpiadores suaves con pH neutro y productos no comedogénicos especialmente formulados para pieles grasas.
2. Lavarse la cara con demasiada frecuencia
Otro error común es intentar lavarse la cara varias veces al día para eliminar los brillos. Sin embargo, una limpieza excesiva altera la barrera cutánea y estimula de nuevo la producción de sebo.
Una limpieza por la mañana y por la noche es suficiente. Por la mañana, elimina el exceso de sebo producido durante la noche; por la noche, elimina la contaminación, el sudor y el maquillaje acumulados durante el día.
3. Descuidar la hidratación
Mucha gente piensa que las pieles grasas no necesitan hidratación. Esto es un error. Una piel que no está bien hidratada lo compensa produciendo más sebo.
Elige una hidratante ligera a base de agua o gel de aloe vera, y evita las texturas demasiado ricas. Los productos matificantes, los sérums o las  cremas hidratantes no comedogénicas son ideales para mantener el equilibrio entre hidratación y seborregulación.
4. Olvidar la protección solar
Las pieles grasas suelen descuidar la protección solar por miedo a parecer brillantes o pegajosas. Sin embargo, el sol puede agravar las imperfecciones y favorecer la producción de sebo.
Utiliza una crema solar ligera y matificante especialmente diseñada para pieles mixtas a grasas. Las fórmulas sin aceite y las texturas en gel ofrecen una protección eficaz sin obstruir los poros.
5. Exfoliar demasiado la piel
La exfoliación es esencial para eliminar las células muertas y destapar los poros, pero abusar de ella puede irritar la piel. Una exfoliación suave una o dos veces por semana es todo lo que necesitas.
Elige exfoliantes químicos a base deácido salicílico (BHA ) oácido glicólico (AHA ) en lugar de exfoliantes mecánicos demasiado agresivos. Estos principios activos ayudan a afinar la textura de la piel y a reducir los puntos negros sin causar irritación.
6. Utilizar maquillaje inadecuado
El maquillaje comedogénico es uno de los peores enemigos de la piel grasa. Las bases espesas, los polvos compactos y las fórmulas aceitosas pueden obstruir los poros y favorecer la aparición deacné.
Opta por una base de maquillaje fluida, matificante y no comedogénica. Recuerda también desmaquillarte a fondo todas las noches con un agua micelar purificante o un aceite limpiador ligero.
7. Descuidar el desmaquillado
Dormir maquillada es un error fatal para las pieles grasas. Durante la noche, la piel se regenera; si está cubierta de restos de maquillaje, contaminación o sebo, los poros se obstruyen y aparecen las imperfecciones.
Adopta una rutina desmaquillante en dos pasos:
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Un aceite o bálsamo limpiador para disolver las impurezas. 
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Un gel limpiador suave para completar la limpieza. 
Este método, conocido como doble limpieza, es ideal para mantener el equilibrio de la piel grasa sin dañarla.
8. Tócale la cara constantemente
Es un reflejo a menudo inconsciente: tocarse la cara, reventarse un grano, alisarse la piel... Estos gestos banales favorecen la proliferación bacteriana y agravan las inflamaciones.
Las manos transportan bacterias e impurezas que se depositan en la piel, creando granos y espinillas. Procura no tocarte la cara y desinfecta regularmente el teléfono, las gafas y los pinceles de maquillaje.
9. Utilizar demasiados tratamientos a la vez
Cuando tenemos la piel grasa, solemos caer en la tentación de hacer demasiado: multiplicar los limpiadores, los sérums, las mascarillas y las cremas matificantes, pensando que cuanto más tratemos, mejor. Pero esto es un grave error.
La piel grasa es reactiva y sensible a los excesos. Acumular demasiados productos diferentes para el cuidado de la piel puede provocar..:
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Alterar la barrera cutánea, haciendo la piel más vulnerable a las agresiones externas. 
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Desequilibrar la producción de sebo, que puede aumentar para compensar. 
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Provocar irritaciones, rojeces o incluso granos debido a las interacciones entre los productos. 
Lo mejor es centrarse en una rutina sencilla y constante:
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Un limpiador suave mañana y noche. 
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Una crema hidratante ligera. 
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Un tratamiento específico (antimanchas o matificante). 
Y ya está!
Es mejor utilizar menos productos, pero bien elegidos y adaptados a tu tipo de piel, en lugar de sobrecargar la epidermis.
10. Ignorar la dieta y el estilo de vida
Por último, una mala alimentación y la falta de sueño pueden influir considerablemente en la calidad de la piel. Los azúcares refinados, los productos grasos y los alimentos procesados estimulan la producción de sebo y favorecen la inflamación de la piel.
Sigue una dieta equilibrada, rica en fruta, verdura, omega-3 y vitaminas. Beba suficiente agua y duerma al menos 7 u 8 horas cada noche. El ejercicio regular también ayuda a oxigenar la piel y eliminar toxinas.
Conclusión: una piel grasa equilibrada es posible
La piel grasa no es inevitable: si se conoce y trata adecuadamente, puede incluso convertirse en una ventaja, ya que suele envejecer más lentamente que otros tipos de piel. La clave está en evitar estos 10 errores:
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No agredir la piel, 
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Mantener una hidratación adecuada, 
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Elija productos no comedogénicos para el cuidado de la piel, 
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Y adopta una rutina regular y suave. 
Con un poco de paciencia y los gestos adecuados, su piel grasa recuperará su equilibrio natural, su luminosidad y su textura afinada.
